La Higuera:

 


Dicha pedanía depende en su organización y funcionalidad de la población de Corral-Rubio, pueblo éste de unos 400 habitantes, situado a 8 Km. de La Higuera. En ésta aldea figura como mandataria una Alcalde-Pedáneo, que no solo se desvive por su aldea y ciudadanos sino que ha hecho y hace de ella un lugar entrañable, limpio, y muy bien dotado a pesar de ser una pedanía

 

Por otra parte, esta pedanía, como la mayoría, sufre desde los años 70 el éxodo de su población hacia las ciudades, llegando a tener de población en sus años dorados unos 250 habitantes.

 

Por ser una pedanía no muy antigua, mas que monumentos antiguos deberíamos hablar de su forma de construir, su disposición de las calles, sus fuentes, su orografía, sus campos, sus montes, y sobre todo sus lagunas, y más que todas una en particular la del Saladar, rica en sales magnesicas o epsomita. De la misma se extrae dichas sales, buenísimas para todo tipo de enfermedades óseas, musculares y de piel; tanto es su probado efecto que en los años 40 y 50 a orillas de dicha laguna se construyó un balneario “Baños de San José”, cerrado en los años 60 por la instalación en dicha laguna de una industria de extracción de dichas sales magnesicas. Industria que no solo sigue existiendo sino que goza de muy buena salud y prestigio.

 

Aunque pequeñita, esta aldea también tiene sus fiestas Patronales. Las celebran desde tiempos remotos en honor a su Santo Patrón San José el día 19 de marzo “Día del Padre”. En ellas los higuereños hacen gala de su hospitalidad invitando tanto a sus vecinos como a sus visitantes a todo tipo de actos, tanto religiosos (procesiones, misas, bendiciones etc.) como no religiosas (comidas típicas, bailes, concursos, verbenas, bebidas, teatros etc.) En ellas participan todos los vecinos, y su único objetivo, además de venerar a su Santo Patrón San José, es el de acoger, agasajar, invitar, … a todo aquel que les digne con venir a sus fiestas.

 

Según afirman los ancianos del lugar, La Higuera nació como una de tantas Ventas que aprovechaban el trasiego, tanto de personas como de animales, de las Cañadas Reales de la España de finales del siglo 18 y principios del 19. Su función era, como la de todas, acoger y dar posada a tantos y tantos pastores, ganaderos, caminantes etc. que pasaban por el lugar. Siendo conocida por aquellos entonces como Venta Higuera, afirmando dichos ancianos que se llamo La Higuera por que en el lugar que se construyó dicha primera venta existían en aquellos entonces multitud de dichos árboles de higueras.

 

El lugar empezó a prosperar, en parte por la Cañada Real del Sureste que pasaba por el lugar y en parte por que se fueron instalando gentes que empezaron a trabajar las tierras de la zona. En base a ello cada labriego de entonces se fue construyendo su casa y con ello poco a poco Venta La Higuera paso de ganarse la vida del ganado, posadas, ventas etc. a hacerlo de la tierra. Finalmente la trashumancia fue desapareciendo y las ventas reconstruyéndose como casas de labriegos, y sus corrales aprovechados en la cría de ganado a pequeña escala.

 

Así de forma paulatina y debido a la desaparición de las ventas, Venta La Higuera comenzó a perder su Venta y paso a denominarse únicamente LA HIGUERA.

 

(Fuentes consultadas: Pueblos de España.org)

 

Hasta el siglo XX Corral Rubio estuvo considerado como un lugar dependiente de Montearagón, y es en esta centuria, y gracias a los decretos liberales de la época, cuando numerosas aldeas y lugares adquirieron su autonomía municipal.


Históricamente es de destacar que en esta localidad se solían celebrar las famosas Juntas del Marquesado de Villena. Aunque éstas también se reunieron en otras localidades (Villena, Almansa, Albacete) frecuentemente se prefería este pequeño lugar de Corral Rubio ya que estaba estratégicamente situado y cercano a los distintos puntos del marquesado y por otra parte ofrecía la ventaja que ninguna otra villa más importante se sentiría agraviada por prioridades o protocolos.

Investigaciones en distintos archivos históricos Nacional y Provincial se encuentra que siendo deseo de la Corporación Municipal de Corral Rubio el poseer un escudo heráldico propio que lo identifique y en donde se recojan sus valores históricos tradicionales nos parece oportuno elaborar un escudo de nueva creación. Así de una parte de incluir las armas resumidas de Chinchilla, ciudad a la que perteneció Corral Rubio en calidad de Lugar hasta el siglo XIX; y de otra parte, se han de poner las que definen al Marquesado de Villena y que recientemente hemos identificado como tales, diferentes las de los señores que en cada época han ejercido su autoridad y que aparecen en un escusón sobre las armas de Don Juan Pacheco, marqués de Villena en una labra del Castillo de Belmonte; éstas presentan u n castillo, una mano alada con espada (distintivo de las Manuel) y un león.

Así el escudo de Corral Rubio ha de ser cortado. En el primero, de sinople, un castillo de plata, mazonado de sable y aclarado de gules, sumado en los torrejones laterales de sendas águilas de sable, afrontadas, que apoyan sus garras una en el homenaje y otra en los torrejones, que son las arma resumidas de Chinchilla. El segundo, de gules, un castillo de oro, mazonada de sable y aclarado de azur, adiestrado de una mano derecha alada, de oro, con una espada de plata guarnecida de oro, y sinestrado de un león de oro linguado y uñado. Al timbre, corona real cerrada española.

Las precedentes líneas fueron trasladadas al Ayuntamiento de Corral rubio sin que se obtuviera contestación alguna, por lo que se desconoce el estado administrativo en que se encuentra el expediente para el establecimiento de armas municipales para esta población.